Cuaderno de verano

He pasado los últimos dos meses tachando mis propias frases. Así llenaba los cuardernos y las horas. Escribía y tachaba.

Ya no soy un individuo

A veces me olvidaba de comer, porque no lo necesitaba. Descubría que había pasado días sin salir a la calle. Me arrancaba pelitos de la barba hasta que decidí hacerlo con los de todo el cuerpo.
Y encogía.

Soy la voz del narrador

Durante todo este tiempo he permitido que una puta viniera a comprobar que efectivamente me estaba volviendo loco. Te estás trastornando. Cada dos semanas o así. Cuatro veces. Cuatrocientos ochenta euros.

Eres lo que va entre paréntesis.

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Interpretamos muchos papeles a lo largo de nuestras vidas. Yo sólo estoy convincente cuando hago de loco.

Porque sueño, yo no lo estoy.